Seis consejos para conseguir que la masturbación sea una experiencia sexual completa
Allí la tenía, Alicia. Una chica guapísima, pero que su escaso gusto por la vida de la ejectiva agresiva y su fama de femme fatale la habían alejado de una vida de éxitos en la multinacional de su familia. Alicia, morena, ojos azules, impresionante, era una mezcla entre Eleanor Parker y Alida Valli. Pero ahora vivía de su inmensa riqueza, toda ella de familia y de los multimillonarios divorcios de sus maridos. Era muy inteligente, y podría haber sido una gran mujer de negocios. Sin embargo, tenía demasiado genio y sus caprichos la hacían una mujer no solo incompatible con la vida laboral, sino muy difícil de domar. Y no me imaginaba que esa noche jugaría duro con Alicia. Entiende que me da un poco exactamente igual. Cierra esa boquita.
Esa que nos abraza, baila con los dos brazos alrededor de nuestro cuello, le sonríe, le escribe y lo toma de la mano. Solo quiere jugar con usted, excitarlo, reírse y sentirse bien consigo misma, pero no le va a botar nada. Huya inmediatamente, que ahí no hay posibilidad. Es amable, es confianzuda, montadora y encantadora. Es peligrosa, porque usted se va a tragar y ella no tiene ninguna intención con usted. Si es el alma de la fiesta, canta todas las canciones, saluda a todo el mundo y habla con todos, es Mary.